¿Es posible detectar de manera objetiva si una persona está siendo víctima de mobbing en el trabajo? Sí, y en realidad es muy fácil. Hay una serie de conductas que siempre se dan en el acoso laboral, por lo que es muy importante poder detectarlas.
Existen una serie de conductas y tratos que, si los has recibido o los estás sufriendo ahora mismo, indican que estás siendo víctima de mobbing. No dejan lugar a dudas aunque, eso sí, han de ocurrir durante un periodo de tiempo determinado. Los hostigamientos y conductas negativas del abusador a la víctima de mobbing han de repetirse durante al menos seis meses, y como mínimo una vez por semana, para poder ser consideradas abuso laboral.
Todo ello sale reflejado en el barómetro Cisneros, que mide cómo se realiza el acoso laboral y en qué forma. También aparecen en el libro Mobbing: Manual de Autoayuda. Os dejamos aquí los tipos de agresiones más comunes:
- Mi superior restringe mis posibilidades de comunicarme, hablar o reunirme con él.
- Me ignoran, me excluyen o me hacen el vacío, fingen no verme o me hacen invisible.
- Me interrumpen continuamente impidiendo expresarme.
- Me fuerzan a realizar trabajos que van contra mis principios o mi ética.
- Evalúan mi trabajo de manera inequitativa o de forma sesgada.
- Me dejan sin ningún trabajo que hacer, ni siquiera a iniciativa propia.
- Me asignan tareas o trabajos absurdos o sin sentido.
- Me asignan tareas o trabajos por debajo de mi capacidad profesional o mis competencias.
- Me asignan tareas rutinarias o sin valor o interés alguno. Me abruman con una carga de trabajo insoportable de manera malintencionada.
- Me asignan tareas que ponen en peligro mi integridad física o mi salud a propósito.
- Me impiden que adopte las medidas de seguridad necesarias para realizar mi trabajo con la debida seguridad.
- Se me ocasionan gastos con intención de perjudicarme económicamente.
- Prohíben a mis compañeros o colegas hablar conmigo.
- Minusvaloran y echan por tierra mi trabajo, no importa lo que haga.
- Me acusan injustificadamente de incumplimientos, errores, fallos, inconcretos y difusos.
- Recibo críticas y reproches por cualquier cosa que haga o decisión que tome en mi trabajo.
- Se amplifican y dramatizan de manera injustificada errores pequeños o intrascendentes.
- Me humillan, desprecian o minusvaloran en público ante otros colegas o ante terceros.
- Me amenazan con usar instrumentos disciplinarios (rescisión de contrato, expedientes, despido, traslados).
- Intentan buscarme las cosquillas para “hacerme explotar”.
- Me menosprecian persona o profesionalmente.
- Hacen burla de mi o bromas intentando ridiculizar mi forma de hablar, de andar, etc.
- Recibo amenazas verbales o mediante gestos intimidadores.
- Recibo amenazas por escrito o por teléfono en mi domicilio.
- Me chillan o gritan, o elevan la voz de manera a intimidarme.
- Me empujan o avasallan físicamente para intimidarme.
- Se hacen bromas inapropiadas y crueles acerca de mí.
- Inventan y difunden rumores y calumnias acerca de mí.
- Me privan de información imprescindible y necesaria para hacer mi trabajo.
- Recibo una presión indebida para sacar adelante el trabajo.
- Modifican mis responsabilidades o las tareas a ejecutar sin decirme nada.
- Desvaloran continuamente mi esfuerzo profesional.
- Me lanzan insinuaciones o proposiciones sexuales directas o indirectas.
Si estás sufriendo una sola de estas conductas, al menos por una persona, trata de pedir ayuda a un profesional. Sin embargo, en los casos de acoso laboral, muchas veces la víctima de mobbing puede verse atacada en varias situaciones y por diferentes personas. No dejes que te ocurra.
Si te ha parecido interesante el artículo, puedes comentarlo en nuestro foro. ¡Nos encanta saber vuestra opinión!